En el mundo existen conflictos secretos que no salen en los medios de comunicación masivos, son las ciberguerras. Estos conflictos digitales son un campo fértil para que los estados o grupos de poder se enfrenten en el ciberespacio pero con resultados que repercuten en el mundo mundo real.
La naturaleza secreta de estos conflictos hace que sea muy difícil prever un ataque informático, ya que los hackers, instituciones o grupos políticos que dirigen estas operaciones clandestinas están protegidos por el anonimato de las redes y cubren muy bien sus rastros. Por lo tanto una ONG, páginas gubernamentales o incluso los bancos nunca saben por dónde vendrá el ataque, o de que manera son vulnerables hasta que ya han sido atacados.
Ciberguerra en Estonia
Uno de los casos más famoso de ciberguerra, fue el que se dirigió contra el país báltico de Estonia, en lo que se conoció como el primer caso de ciberguerra en el siglo XXI. Este ataque informático a Estonia ocurrió en la primavera del año 2007 y la historia fue más o menos así. Estonia es el país europeo con mayor penetración digital y todos los aspectos de la vida moderna están vinculados con la tecnología y principalmente con el internet, fue el primer país en crear la personalidad digital y los estonios fueron los creadores de Skype.
Históricamente Estonia a estado muy vinculada a su vecino Rusia y Finlandia, pero los estonios no ven con buenos ojos el pasado soviético de la ciudad de Tallin, que luego de la segunda guerra mundial fue ocupado por los soviéticos. Es por esta razón que una semana antes del ataque informático, los estonios quitaron del centro de Tallin la vieja estatua de un soldado soviético de la segunda guerra mundial en un afán de distanciarse del gobierno del presidente Putin.
Rusia no vio con buenos ojos este acto de borrar su pasado del nórdico país y en secreto comenzó a elaborar un plan para darle una lección y sentar un ejemplo para todos los países del ex bloque soviético de respatar su historia.
Un día lunes en 2007 todo parecía normal, salvo un pequeño detalle, las páginas gubernamentales, las páginas de la televisión y radios del país estaban caídas, algo había sucedido con la plataforma digital del país. En un hecho sin precedentes Estonia estaba en un apagón digital de proporciones. Los un millón trecientos mil habitantes estaban consternados ya que nunca les había sucedido algo así, el efecto era tal que ni los semáforos de la calle funcionaban.
El ataque informático había sido un ataque DDoS, en el cual una botnet o red de ordenadores zombies atacan en conjunto a los servidores haciendo miles de peticiones al mismo tiempo sobrecargando sus capacidades y produciendo un Denial of Service.
Esto marcó un antes y un después en la ciberguerra.